“Infinitas gracias doy porque te abandono, mas es un milagro mi regreso, y aunque el café es amargo como tus besos, y la noche fría como mi corazón siempre habrá tiempo para tenerte entre mis brazos, mas siempre es un fracaso alimentar la dicha del corazón, pues a veces el cuerpo es muy vano y quiere alimentar la lujuria sin razón, la razón la tendrán los años que vestirán nuestros cuerpos de arrugas, y como un vil engaño recordaremos el pasado, sea insensato o amargo, parece que todo ha pasado y sólo nos queda un recuerdo vago de lo que en la juventud fue anhelado ” autor:
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